martes, 21 de enero de 2014

Leonardo Padura: crítica y amor al periodismo a la cubana

El libro  El viaje más largo reúne una veintena de relatos de no ficción producidos por el autor. El escritor, hoy bestseller mundial, se inició en los años 80 en medios gráficos de la isla

 Padura critica el corset del gobierno cubano pero defiende su pertenencia a esa tierra caribeña./revista Ñ
“El periodismo de Cuba está atrapado en una mentalidad de fortaleza sitiada que impide el desempeño personal”, dijo la semana pasada una ex editora del diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista en la isla. Incluso si fuera una excusa para su autoexilio en Miami, quien haya logrado leer la prensa oficialista sin dormirse, coincidirá en lo acotado de esos espacios de propaganda. Por eso  El viaje más largo  (Capital Intelectual / Futuro anterior), el nuevo viejo libro del cubano Leonardo Padura, con crónicas que escribió para el periódico Juventud Rebelde en los 80, ayuda a revisar el fenómeno de un periodismo en crisis (global).
En  El viaje... conviven los días del Chano Pozo, capaz de tocar siete tambores a la vez con Dizzy Gillespie, una investigación sobre la fórmula del Ron Bacardí y hasta un apéndice sobre Rodolfo Walsh, a quien Padura admira e imita. Es un adelanto de lo que sería su literatura, la más política, coronada años después con El hombre que amaba a los perros, sobre el asesinato de Trotsky, pero también de los policiales del inspector Conde, retratos sociales de La Habana. Es, además, una lectura del propio paso por el periodismo.
“Cuba es el país con mejores periodistas y peor periodismo que se pueda hacer”, le habría dicho en una de sus visitas a la isla Paco Ignacio Taibo II. No descubre nada el escritor mexicano: su cita sería suscripta por cualquier periodista, en cualquier país. Pero Padura usa la expresión para contar la reacción creativa que vivió el periodismo en los 80, cuando el gobierno comunista se habría relajado un poco. Medios como Juventud Rebelde, Bohemia o El caimán barbudo comenzaron a ofrecer crónicas y reportajes con un lenguaje renovado. “Hubo una reacción contra las estructuras y conceptos estereotipados”, dice.
Aquél Padura, recién graduado en la Facultad de Filología en La Habana, tuvo su primer destino laboral en El caimán..., la publicación cultural de los jóvenes creadores cubanos. Ahora acusa al departamento de Cultura de la Juventud Comunista de dinamitar su experimento y de enviarlo a él a un proceso de reeducación. Pero en el reformatorio, Juventud Rebelde, algo falló: la dirección del periódico los convocó para hacer atractivo el diario. Les daban tiempo, espacio, recursos, viajes por el país, y libertad para escribir sobre lo que quisieran. De allí salieron historias como “El viaje más largo”.
El escritor dice que en esos años nació el “periodismo literario a la cubana”. Sin salirnos de la isla podemos rastrear algunos nombres: Guillén, Carpentier, Jean-Paul Sartre, García Márquez o Julio Cortázar. No sólo en relación a la prensa, Padura reconoce la activa política cultural desde los inicios de la Revolución, con la creación de Casa de las Américas, su instituto de cine y la agencia Prensa Latina, que integraron Gabo y Walsh, entre otros. Un aparato informacional que, pese a su burocratización, ha sido un faro cultural.
Pero Padura critica defendiendo su cubanidad, y no es un dato menor que siga viviendo en Mantilla. No eligió irse, sino quedarse y pasarse a la literatura. Después de todo, ¿quién lee, y sobre todo quién publica un artículo de 10 o 15 páginas en un medio? Padura lo hacía, ahora se queja de los medios extranjeros que lo limitan a 50 líneas.
Su mérito, y el de Juventud Rebelde, fue romper con el estereotipo. Hablar del famoso Ron que nació en Santiago de Cuba, preocupado por la continuidad de la fórmula y no por la expropiación de la fábrica. Si el blindaje al periodismo en Cuba sigue generando casos como el de Padura, es claro que no funciona. Después, hay otras discusiones: el escaso espacio para esta clase de experimentos es un fenómeno mundial. Pero nos quedamos con el sabio proverbio chino que Padura cita: “El viaje más largo comienza con el primer paso”.