miércoles, 15 de julio de 2015

Un hallazgo lleno de misterio

Arrecian las dudas sobre cómo se encontró la obra y por qué Harper Lee habría aceptado publicarla

Harper Lee, autora estadounidense de Matar a un ruiseñor./elperiodico.com

Ven y pon un centinela de Harper Lee, secuela de Matar a un ruiseñor.
En la última entrevista que Harper Lee concedió antes de apartarse del ruedo público y cerrar las puertas de su vida a la prensa, la autora reconoció la sorpresa que le causó el éxito abrumador de Matar a un ruiseñor. «Esperaba un poco de apoyo del público, pero acabó siendo masivo y, de alguna manera, resultó igual de aterrador», le dijo a la revista Life en 1964. Lee sostuvo durante muchos años que nunca volvería a publicar un libro y, aunque lo intentó en un par de ocasiones, mantuvo su palabra. De ahí que cuando se anunció en febrero el hallazgo y los planes de publicación de Ven y pon un centinela muchos críticos y expertos arquearan las cejas en señal de incredulidad.
Tampoco esta vez Lee ha dado respuestas. A sus 89 años vive recluida en una residencia de ancianos de Monroeville desde que en 2007 sufriera un derrame cerebral. Apenas oye ni ve y está postrada en una silla de ruedas aunque, según sus allegados, mantiene una mente despierta. Tanto su abogada como su editorial mantienen que la publicación del libro cuenta con su consentimiento. Pero ante la duda, el Estado de Alabama abrió una investigación para determinar si había sido engañada. Tras entrevistarla, concluyó que entendía y aprobaba la publicación.
No es, sin embargo, la única incógnita que ha rodeado a la aparición del libro. La otra tiene que ver con su hallazgo, más de medio siglo después de que Lee escribiera la obra en 1957. A su editora de entonces le pareció que si bien el libro rezumaba talento, no era más que una colección de anécdotas sin engarzar y le pidió que lo rehiciera. De aquel prototipo nació Matar a un ruiseñor (1960), pero la editorial nunca contempló publicar la primera versión, según ha explicado el biógrafo de la autora.
¿Cómo se descubrió, entonces? Tonja Carter, la abogada de la escritora, ha contado que empezó a buscar el manuscrito el verano pasado tras escuchar en una reunión familiar que podría haber una segunda novela. Carter acudió entonces al banco de Monroeville donde guarda su legado literario y la encontró en la caja fuerte. Pero hay otra versión que sostiene que el libro se encontró en 2011, cuando una experta de Sotheby's acudió a tasar el manuscrito de Matar a un ruiseñor (y cuando la hermana mayor de Harper Lee, que falleció dos meses antes del anuncio del descubrimiento en el 2014) aún velaba por sus intereses. La bibliógrafa descubrió que aunque aquella versión estaba ambientada en Maycomb y habitada por la misma gente, los personajes era más viejos y la historia transcurría años después.